Solicita tu cita gratuita y completa

¿Qué es la sobremordida y cómo tratarla?

Existen varias maneras en las que las que la arcada superior e inferior no tienen un correcto encaje, es decir, en las que los dientes superiores e inferiores no coinciden al morder. Cuando esto sucede, hablamos de que existe un problema de maloclusión dental, siendo la sobremordida uno de los tipos más comunes, pero también uno de los menos percibidos en los niños durante su desarrollo

 

Lo que debes saber sobre la sobremordida.

  1. ¿Qué es la sobremordida?
  2. ¿Puede evitarse la sobremordida?
  3. ¿Qué problemas genera?
  4. ¿Cómo se trata la sobremordida?

1. ¿Qué es la sobremordida?

La sobremordida es un problema de maloclusión dental de clase II en el que los dientes superiores se encuentran más adelantados que los inferiores y que, en según qué grados, pueden llegar a cubrirlos parcial o totalmente de forma vertical. Es decir, es un problema de mordida en el que el maxilar se encuentra más sobresalido que la mandíbula.

Como hemos comentado, este tipo de mordida no siempre se percibe, especialmente en los grados más leves, ya que no tiene porqué estar acompañada de una mala alineación de los dientes, es decir, de dientes torcidos en la arcada. No obstante, en el momento en el que los incisivos superiores cubren un tercio de los inferiores ya se considera una sobremordida profunda.

2. ¿Puede evitarse la sobremordida?

Durante la etapa de crecimiento y desarrollo de los más pequeños es fundamental inculcarles y que aprendan buenos hábitos de salud dental. Y es que, además del factor genético y los antecedentes familiares que son importantes en el desarrollo de este problema de maloclusión, un hábito en concreto puede dar lugar a la sobremordida: la succión del pulgar o el uso prolongado del chupete.

Por ello, es importante que los padres tengan en cuenta que, de usar chupete, este hábito no debe prolongarse después de los dos años de edad. Por otro lado, si el problema es la succión del pulgar u otro dedo, es recomendable acudir al pediatra y odontopediatra quienes podrían realizar las recomendaciones pertinentes para eliminar este hábito y así evitar la sobremordida y los problemas que podría causar.

3. ¿Qué problemas genera?

Si bien, como hemos comentado, existen distintos grados de sobremordida, este afección dental puede dar lugar a otros problemas:

  1. Impedimento a la hora de hablar, ya que la correcta mordida de los dientes es clave en la articulación de algunos sonidos.
  2. Deficiencias en la masticación, provocando un sobre desgaste en algunos dientes y dolor a la hora de morder alimentos.
  3. Daños en los tejidos blandos como las encías a consecuencia del esfuerzo realizado por algunos dientes.
  4. Daños en el esmalte dental lo que puede llevar a un aumento en la probabilidad de sufrir fracturas dentales.
  5. Alteración en los dientes que pueden llevar al apiñamiento de los incisivos e incluso de los caninos (los colmillos).
  6. A consecuencia de esto, puede complicarse la higiene oral y llegar a aumentar la probabilidad de sufrir caries.
  7. Problemas respiratorios asociados al origen de la maloclusión. Imposibilidad de respirar con la boca cerrada.
  8. Bruxismo, a causa de una tensión excesiva en la mandíbula por la incorrecta oclusión y desgaste en los dientes.
  9. Problemas en la articulación temporomandibular o ATM que, además, pueden causar dolor de cabeza y cuello
  10. Alteración en la apariencia del rostro, ya que visualmente la parte mandibular se encuentra menos adelantada.

4. ¿Cómo se trata la sobremordida?

El objetivo principal en el tratamiento para la sobremordida de los más pequeños y adolescentes es el de corregir la incorrecta relación de la piezas dentales en la arcada superior con respecto a las inferiores. Así se logrará mejorar la funcionalidad y la estética de los dientes. Pero para ello es necesario llevar a cabo un tratamiento de ortodoncia en función de cuándo se haya diagnosticado el problema y del grado de la sobremordida:

4.1. Ortodoncia interceptiva.

La ortodoncia interceptiva es el tratamiento de ortodoncia infantil que puede solventar y prevenir los casos de sobremordida en niños entre 6 y 11 años cuando sus huesos maxilares aún están en fase de desarrollo y crecimiento, siempre que se diagnostique de forma precisa.

En esta fase es posible centrarse en los huesos maxilares, no la posición de los dientes ya que habría que esperar a que hubieran erupcionado todos los dientes definitivos. Es por ello que tras este tratamiento podría ser necesario llevar a cabo lo que conocemos como ortodoncia correctiva.

4.2. Ortodoncia correctiva.

La ortodoncia correctiva si inicia a partir de los 12 años, cuando los huesos maxilares ya se han formado completamente y han erupcionado los dientes definitivos. Con este tipo de ortodoncia es posible corregir la posición de los dientes de adolescentes y jóvenes (y también adultos).

Los tratamientos de ortodoncia correctiva permiten que los adolescentes lleguen a la edad adulta con una correcta alineación de dientes que de lugar a la mordida ideal de los dientes para que tanto la funcionalidad como la estética sean las óptimas. En este caso hay varios tipos de tratamiento que se pueden llevar a cabo:

  • Ortodoncia con brackets metálicos o brackets autoligables que es el tipo de tratamiento más común y que permite ir moviendo gradualmente los dientes para conseguir los objetivos marcados por el especialista
  • Ortodoncia con alineadores transparentes Invisalign Teen es un tratamiento más estético con férulas hechas a medida que deben ir cambiándose para mejorar la alineación de los dientes también de forma gradual.

Por otro lado, si se llegara a la edad adulta con un problema severo de sobremordida que no se hubiera corregido durante la infancia, sería necesario llevar a cabo un tratamiento ortodóntico junto con lo que se conoce como cirugía ortognática que permitiría corregir la relación entre los maxilares superiores e inferiores.

Es por ello, que para evitar estos procedimientos más complejos y costosos se recomienda llevar a los niños a revisiones periódicas con el odontopediatra quien no sólo va a determinar si el estado de salud de dientes y encías es el óptimo, sino que también va a ir observando el crecimiento de maxilares y mandíbula durante la etapa de desarrollo para prevenir y corregir la sobremordida de forma efectiva a una edad temprana, consiguiendo así una mordida ideal para el adolescente y adulto.

¿Qué causa la periodontitis en niños?

La periodontitis, que supone un estado avanzado de la enfermedad de las encías, es una afección que suele ser frecuente entre adultos. No obstante, una serie de factores pueden dar lugar a este este problema de salud oral en los más pequeños de la familia. Esta enfermedad puede destruir los tejidos que hacen de sujeción para las piezas dentales, incluso si estas son dientes de leche. Puesto que la salud de las encías es tan importante como la de los dientes, es importante conocer en qué consiste la enfermedad periodontal en niños y cómo prevenirla.

 

Lo que necesitas saber para prevenir la periodontitis en niños.

  1. ¿Qué es la periodontitis en niños?
  2. ¿Por qué aparece la periodontitis?
  3. ¿Cómo podemos detectarla en niños?
  4. ¿Puede evitarse la periodontitis infantil?
  5. ¿Cómo es el tratamiento periodontal?

1. ¿Qué es la periodontitis infantil?

Al igual que sucede en los adultos, la periodontitis infantil es una infección bacteriana inflamatoria de carácter grave. El resultado de una gingivitis no tratada. Una enfermedad periodontal que va destruyendo progresivamente los tejidos de soporte de los dientes, llegando a provocar incluso la destrucción del hueso alveolar, fundamental para la sujeción de las piezas dentales.

Pero a diferencia de los adultos, durante la etapa infantil, es decir, durante la etapa de crecimiento, el periodonto está en continuo cambio a causa de la exfoliación y la erupción de los dientes. De hecho, en el caso de los jóvenes, esta enfermedad periodontal puede presentar dos variantes:

  • La periodontitis agresiva y localizada que suele afectar a los molares e incisivos, principalmente, y que caracteriza por una pérdida grave del hueso alveolar. Los pacientes que padecen este tipo de periodontitis no suelen presentar grandes formaciones de placa bacteriana.
  • La periodontitis agresiva y generalizada que afecta a toda la boca y tiene especial incidencia entorno a la pubertad, es decir, está relacionada con los distintos cambios hormonales. En estos casos, la enfermedad periodontal sí suele estar acompañada por una importante presencia de placa.

Cabe recordar que en la etapa de crecimiento es fundamental mantener la estabilidad y salud de las encías y dientes, ya que los dientes de leche que preceden a los permanentes, tienen funciones relevantes en el desarrollo de la cavidad oral. La periodontitis puede alterar gravemente esta estabilidad. Y De ahí la importancia de conocer qué provoca la aparición de periodontitis.

2. ¿Por qué aparece la periodontitis?

¿Cuál es el origen de la periodontitis? ¿Qué provoca la formación de placa bacteriana? ¿Cómo se llega a ese estado de infección? Generalmente, la respuesta a esa pregunta es la falta de higiene oral, no obstante pueden haber otras causas importantes a tener en cuenta, así que veámoslas todas con más detalle:

  • Una deficiente higiene oral. La enfermedad periodontal suele ser causa directa del acúmulo de placa bacteriana, una película pegajosa que se compone de bacterias y que se forma entre dientes y encías. Ante la presencia de restos de alimentos estas bacterias pueden proliferar y, al cabo del tiempo, formar cálculos o sarro que sirve de una mayor protección para las bacterias. Por ello, de no realizar una correcta higiene, es posible estar incentivando el crecimiento de estas bacterias que son la causa principal de la aparición de las enfermedades periodontales y de la caries.
  • Un tratamiento de ortodoncia mal realizado. Aunque ya no es habitual, es posible que hayas oído comentar a algunas personas de tu entorno que, cuando se realizaron en la adolescencia un tratamiento ortodóntico, experimentaron gingivitis. Esto se debe a una mala planificación y seguimiento del proceso, provocado por movimientos dentales demasiado bruscos. De ahí la importancia de acudir a clínicas con mayor experiencia en los tratamientos ortodónticos de niños y adolescentes.
  • Los cambios hormonales. Como hemos comentado, existe un tipo de periodontitis con prevalencia en la pubertad. Y es que durante esta etapa, con los cambios hormonales que se suceden, la respuesta inflamatoria de las encías ante la presencia de placa bacteriana puede verse alterada. Por esta razón, durante la pubertad existe más riesgo a que los adolescentes contraigan periodontitis.

Es por ello que los padres deben prestar especial atención a los cambios que se producen tanto en los dientes como en las encías de los pequeños y así como de los adolescentes. Especialmente si se detectan los síntomas asociados a la enfermedad periodontal.

3. ¿Cómo podemos detectarla en niños?

Así como ocurre en los adultos, la manifestación de que existe un problema periodontal está en una serie de síntomas clave a los que hay que estar atento, especialmente ante los niños más pequeños, mientras se supervisa que la higiene y la salud oral son las adecuadas:

  • El sangrado: que puede darse tanto de forma espontánea en las comidas, especialmente si se muerden alimentos que llegan a las encías, como durante el cepillado, al que es importante dedicar tiempo, a la vez que ser gentil.
  • La inflamación de las encías: desde una ligera a una hinchazón más apreciable de las encías, que también puede provocar otros signos como una mayor sensibilidad ante alimentos varios.
  • El enrojecimiento: generalmente, las encías sanas son de un torno rosado, no obstante, con la enfermedad periodontal pueden llegar a adquirir un tono más rojizo, a veces violáceo, un cambio de color relacionado también con la inflamación.
  • El mal aliento o halitosis: que también es una consecuencia directa la mala higiene oral y la descomposición de los alimentos en la cavidad oral, donde las bacterias están proliferando.

4. ¿Puede evitarse la periodontitis infantil?

Para evitar la aparición de la periodontitis en los niños hay que evitar la causa principal, el acúmulo de placa bacteriana en los dientes. Para ello, hay dos hábitos fundamentales a tener en cuenta, que implican tanto a padres como a niños:

  • Enseñar buenos hábitos higiene oral. La higiene adecuada es clave en el mantenimiento de la salud de dientes y encías, un hábito que debe inculcarse desde que los niños son bebés. Por un lado, hay que enseñar dando ejemplo. Por otro, es también importante supervisar cuál es su higiene una vez que van adquiriendo autonomía y explicar la relevancia que tiene para su salud. Junto con ello, es importante estar pendiente a los síntomas mencionados con anterioridad, no obstante, no siempre van a ser evidentes, de ahí que sea necesario:
  • Realizar visitas regulares al odontopediatra. Únicamente las revisiones periódicas con los especialistas que tienen herramientas de diagnóstico adecuadas pueden determinar exactamente cuál es el estado de salud de dientes y encías. La enfermedad periodontal así como otras afecciones orales suelen estar relacionadas con la acumulación de bacterias y en prácticamente la totalidad de los casos, medidas tan sencillas como la profilaxis dental en consulta pueden prevenirlas.

5. ¿Cómo es el tratamiento periodontal?

Si desafortunadamente no se llegado a prevenir esta enfermedad y no se ha realizado un diagnóstico prematuro, aunque la integridad de dientes y encías se hayan podido ver afectadas, existe un tratamiento para restaurar la salud periodontal en los más pequeños del hogar que consiste en realizar:

  • Un sondaje para verificar la posición del hueso y encías. Cuando se sospecha la presencia de bolsas periodontales es necesario verificar cuán gravemente ha podido afectar la enfermedad al hueso y las encías. Para ello se realiza un sondaje periodontal.
  • Un curetaje dental o raspado y alisado radicular. Este procedimiento se lleva a cabo por el periodoncista y se realiza con anestesia local (o incluso, si se solicita, con sedación consciente). El objetivo de esta técnica es la de de eliminar el sarro que se ha extendido hacia la parte interior de las encías. Tras el curetaje dental, si se considera necesario, el especialista puede proceder con la aplicación flúor para mejorar la resistencia del esmalte ante la incidencia de las bacterias.
  • Un mantenimiento del tratamiento. Es importante que no se vuelva a reincidir en este tipo de infección. Por ello, con el objetivo de mantener encías y dientes sanos, es fundamental seguir acudiendo a las sesiones de mantenimiento que se indiquen.

Dientes de leche: cuándo salen y cómo cuidarlos

La erupción de los dientes de leche es un proceso complicado para el bebé. Suele causar irritabilidad y otros síntomas, pero como es lógico la erupción de los dientes de leche es fundamental y necesaria en su desarrollo. Por ello, para ayudarles en este proceso, los padres pueden aprender cuál es la importancia de estas piezas y cómo aliviarles y ayudarles a mantener una estado de salud oral óptimo desde tan temprana edad.

 

Qué debes saber sobre el proceso de dentición de tu hijo

  1. ¿Cuándo comienza la dentición y cuánto dura?
  2. ¿Qué síntomas tiene los bebés durante la erupción?
  3. ¿Cómo aliviar las molestias de la erupción de los dientes?
  4. ¿Qué funciones tienen los dientes de leche?
  5. ¿Cómo cuidar correctamente los diente de leche?

1. ¿Cuándo comienza la dentición y cuánto dura?

Lo cierto es que, aunque, lo dientes empiezan a formarse en el útero materno, entre la 6ª y 8ª semana de gestación, y a situarse debajo de la línea de la encía, no llegan a erupcionar enseguida, sino que cada uno tiene su salida en una etapa de crecimiento diferente.

La dentición como la conocemos, comienza entorno a los 6 meses de edad con erupción de los incisivos centrales inferiores, es decir, las paletas, seguidos de sus homónimos en la arcada superior. El proceso sigue hasta los molares, completando así una dentición de 20 piezas.

Orientativamente, estos dientes de leche han erupcionado completamente entorno a los 2 años y medio o 3 de edad y comenzarán de nuevo a caerse para dar lugar a la erupción de los dientes definitivos entorno a los 6 años. Y aproximadamente hasta los 12 años la dentición será mixta.

Por otro lado, si al año el bebé todavía no experimentado la erupción de ninguna pieza dental de leche, es importante acudir a una visita con el odontopediatra, quien podrá evaluar el estado de salud bucodental del niño.

Además, en muchas ocasiones el odontopediatra puede ayudar y aconsejar a los padres sobre la salida de los primero dientes de leche, y cómo aliviar los síntomas y ayudarles en el proceso para que no padezcan tanto.

2. ¿Qué síntomas tiene los bebés durante la erupción?

Como es más que habitual, durante este periodo de dentición, los bebés van a ir experimentando molestias relacionadas con la erupción de las piezas. Algunos de los síntomas más comunes que manifestarán y que pueden presentarse de forma aislada o simultánea son:

  • Llevarse objetos o la mano a la boca para ejercer presión en la zona de la encía que les molesta.
  • Una mayor producción de babas que puede irritar los alrededores de la boca y provocar infecciones.
  • Un mayor enrojecimiento o inflamación de las encías. Además de la sensibilidad se aprecia una dureza.
  • Falta de apetito a causa de las molestias que sufren las encías que les lleva a rechazar la comida.
  • Una mayor irritabilidad, con llantos ocasionales, e incluso falta y alteraciones en el sueño.
  • En algunos casos, pueden experimentar un ligero estado febril, que no suele prolongarse.

3. ¿Cómo aliviar las molestias de la erupción de los dientes?

Desafortunadamente, el proceso de dentición es doloroso. Los pequeños están incómodos, nerviosos y experimentan los síntomas mencionados. Los padres también pueden llegar a alterarse, especialmente si no saben como aliviarles. Estos son algunos consejos:

  • Masajear la encía suavemente con una gasa húmeda.
  • Aplicar frío sobre la zona o un mordedor.
  • Usar mordedores e incluso aplicar frío con estos en la zona.
  • Secar la saliva para mantener la boca libre de irritaciones.
  • Usar geles y cremas específicos, siguiendo indicaciones médicas.

4. ¿Qué funciones tienen los dientes de leche?

Pese a ser temporales, los dientes de leche o piezas deciduas son fundamentales para el desarrollo de los niños en etapa de crecimiento. Además de posibilitar la masticación de alimentos, lo que supone una transición de una dieta líquida a una dieta más sólida, estos dientes cumplen otras funcionalidades relevantes a nivel físico y social.

Como seguramente ya habrás imaginado, las piezas dentales temporales son esenciales para el habla ya que forman parte de la articulación de algunos fonemas. Es decir, el proceso de fonación no sería completo sin los dientes, ya que no se podrían pronunciar ciertos sonidos.

Por otro lado, la erupción de los dientes de leche tiene otra labor a nivel funcional y es que permite el desarrollo y fortalecimiento de los huesos maxilares. Es más, la correcta erupción de estos dientes evita problema de mordida ya que actúan de guía para los dientes definitivos.

Por estos motivos, el cuidado de la salud oral de los más pequeños es también fundamental. Sin el correcto desarrollo de las piezas dentales deciduas no sólo se ven afectado su desarrollo general sino que, además, los dientes definitivos pueden llegar a padecer ciertos problemas.

5. ¿Cómo cuidar correctamente los diente de leche?

Puesto que los dientes de leche serán los que definan la futura arcada dentaria con piezas dentales definitivas y, durante el desarrollo infantil, permiten la masticación y la articulación de palabras, es fundamental cuidarlos de la forma más adecuada para que el niño no sufra ningún problema bucodental durante el crecimiento y para que aprenda a cuidar de su propia salud oral. Así pues, para cuidar correctamente los dientes deciduos es necesario realizar:

5.1. Higiene orales adecuadas.

Incluso antes de la aparición de los primeros dientes, se puede comenzar a realizar una limpieza oral de la boca del bebé para eliminar la acumulación de bacterias sobre las encías. Con una gasa humedecida o un dedal especial es posible realizar este tipo de higiene oral.

Posteriormente con la erupción de los dientes debe incorporarse un cepillo de dientes específico, con cerdas muy suaves para ir realizando la limpieza de sus piezas dentales y habituar al bebe a esta rutina tan importante que marque un precedente en su salud oral.

Se puede utilizar dentífrico, en cantidades pequeñas, siempre y cuando sea uno recomendado para la edad y que el pequeño haya aprendido a escupir. Si quieres saber más sobre cómo limpiar los dientes de tu hijo, visita nuestro artículo sobre higiene bucodental infantil.

5.2. Revisiones preventivas.

Por otro lado, además de la higiene, es especialmente importante acudir a revisiones periódicas para que el odontopediatra valore cuál es el estado de salud oral del pequeño. La razón principal es determinar que el acúmulo de bacterias no provoque caries o periodontitis.

Estas enfermedades también aparecen a edades tempranas y, concretamente la caries, puede ser muy agresiva. Por ello, mediante las revisiones periódicas y la realización de limpiezas profesionales, es posible conservar el buen estado de salud de los dientes de leche.

5.3. Ortodoncia interceptiva.

Si bien no siempre se va a considerar necesaria, en algunos casos el odontopediatra puede observar, en alguna revisión, que el desarrollo de los huesos maxilares, la arcada o la posición de los dientes no es la adecuada. En este casos, se recomendaría un tratamiento ortodóntico.

La ortodoncia interceptiva, que puede aplicarse a partir de los 6 años de edad, es el tratamiento que permite prevenir problemas de mordida, alineación y desarrollo maxilar durante la fase de crecimiento y que evita recurrir a la cirugía ortognática en la adultez.

Caries infantil: cómo detectarla y prevenirla

El cuidado de la salud oral debe comenzar desde la infancia. Los dientes de los más pequeños pueden verse gravemente afectados por la caries, un problema bucodental fácilmente prevenible pero que sigue afectado a muchos pequeños hoy en día. Por ello es importante conocer en que consiste esta patología y, especialmente, qué la causa para evitar que aparezcan en primer lugar.

 

Qué debes saber sobre la caries infantil para prevenirla:

  1. ¿Qué es la caries y cómo afecta a los más pequeños?
  2. ¿Cuáles son las causas principales de la caries infantil?
  3. ¿Cómo se puede reconocer la caries en tu hijo?
  4. ¿Cómo se trata la caries dental infantil?
  5. ¿Cómo debe prevenirse la caries de los más pequeños?

1. ¿Qué es la caries y cómo afecta a los más pequeños?

La caries es la enfermedad crónica infantil más común. Como en el caso de los adultos, la caries supone la destrucción de los tejidos duros del diente. Esto se debe a una desmineralización del esmalte provocada por los ácidos de las bacterias que se encuentran en la placa dental. Desafortunadamente, al tratarse de los dientes de los más los más pequeños, es decir, de los dientes de leche, el proceso de destrucción puede ser incluso más grave.

Estas bacterias que habitan de forma natural en la boca se van alimentando de restos de alimentos que se acumulan en la superficie de los dientes. Su propio proceso de digestión supone la liberación de unos ácidos corrosivos que van destruyendo la primera capa del tejido dentario y que, con el tiempo, pueden provocar unas cavidades cada vez más profundas.

Si esto ocurre, la caries puede llegar a las capas más internas del diente, afectando a lo que popularmente se conoce como nervio, causando la necrosis del mismo. De ocurrir esto, comienzan a manifestarse episodios de dolor pero también, comienzan a verse afectadas otras funcionalidades importantes de los dientes, especialmente si se llegan a perder por la caries.

Y es que hay que tener en cuenta que los dientes de leche son esenciales para la salud bucodental de los más pequeños. Los dientes temporales no sólo son relevantes en el proceso de masticación, sino que cumplen una labor crucial en el habla, favorecen el desarrollo y fortalecimiento de los huesos maxilares y sirven de guía para las piezas dentales definitivas.

Por ello, con el objetivo de garantizar su salud bucodental de los más pequeños para su correcto desarrollo, es fundamental conocer las causas y hábitos que pueden provocar la aparición de caries infantil, teniendo en cuenta que en los dientes de leche esta afección suele ser más severa porque su cavidades pulpares (donde habita el nervio), son más grandes.

2. ¿Qué hábitos pueden provocar caries infantil?

Esta afección puede desarrollarse desde la erupción de los primeros dientes de leche. En este caso se conoce como caries del biberón o caries del lactante y se relaciona estrechamente con el mal hábito de dormir con el biberón en la boca.

En niños más mayores, la caries puede tener una causa multifactorial. Además de una susceptibilidad mayor del esmalte dental a sufrir este problema, el consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono como son los dulces o bebidas azucaradas, junto con una deficiente higiene oral pueden provocar la propagación de las bacterias que producen la caries.

3. ¿Cómo se puede reconocer la caries en tu hijo?

La caries infantil puede ser difícil de detectar. No obstante, uno de los primeros síntomas es el cambio del color en el diente que pierde brillo y se vuelve más blanquecino. Si la enfermedad avanza, es posible observar en la zona cariada la aparición de un color amarillo, marro o incluso negro. En los casos más avanzados, la caries comenzaría a romper el esmalte dental

Por otro lado, aunque no ocurre en todos los casos, los niños pueden presentar dolor al masticar y experimentar una mayor sensibilidad dental. También hay casos en los que las encías se inflaman y pueden sangrar al cepillarse los dientes, un indicativo tanto para la caries como para una enfermedad periodontal.

Pero la forma más efectiva de reconocer la caries es mediante las revisiones periódicas. Especialmente si el objetivo es prevenir su aparición, o al menos, detectar a tiempo una caries incipiente, es fundamental acudir a especialistas en odontopediatría. Con la aparatología adecuada se puede determinar y tratar la caries lo antes posible para evitar su avance.

4. ¿Cómo se trata la caries dental infantil?

Para el tratamiento de la caries infantil, inicialmente, el especialista deberá identificar qué tipo de pieza dental se ha visto afectada.

  • Los niños de 2 a 5 años tendrán una dentición formada por dientes de leche
  • Los niños a partir de 6 años tendrán una dentición mixta con dientes definitivos.

Así pues, en función de la pieza dental afecta (temporal o permanente) y de la gravedad de la patología que presente, el tratamiento a realizar podrá ser diferente.

Tanto e dientes temporales como en definitivos, si la caries no ha afectado al tejido nervioso, el especialista realizaría una obturación mediante una pasta (el empaste) para tratar la pieza dental.

Si la lesión hubiera llegado al nervio, se realizaría una pulpotomía o tratamiento del nervio en el diente de leche. Ésta es una intervención distinta a la endodoncia o tratamiento de conductos que se realizaría en el caso de que la pieza dental fuera definitiva.

En el caso de que la caries hubiera provocado un agujero grande en el diente de leche, se aplicaría una coronita metálica. Si bien no son estética, sí es muy efectiva ya que, además de permitir que el pequeño pueda masticar bien, su finalidad es también actuar como mantenedor de espacio, permitiendo que la erupción del diente permanente que salga posteriormente lo haga sin problemas. De hecho, la mayoría de los tratamientos de ortodoncia que se realizan en la actualidad son generados por perdidas de espacio en dentición temporal.

En dientes permanentes con una destrucción severa a causa de la caries, también se podría realizar la aplicación de coronas sobre dientes u otra serie de reconstrucciones dentales con el objetivo de evitar la pérdida de la pieza dental definitiva.

Por otro lado, sólo se extraería el diente cuando no hubiera otra alternativa, es decir, cuando la infección fuera tan grave que obligara a su extracción porque se hubieran destruido las raíces del diente y éste fuera inviable. En estos casos, si el extraído se tratara de un diente temporal, siempre habría que instalar un mantenedor de espacio para evitar que se perdiera el espacio necesario para la correcta ubicación del diente permanente.

Si el extraído fuera el diente definitivo, la única alternativa ante la pérdida dental sería la realización una prótesis dental. Por ello, es crucial evitar la pérdida de los dientes definitivos, de ahí la importancia de conocer cómo puede prevenirse la caries en niños:

5. ¿Cómo debe prevenirse la caries de los más pequeños?

Si bien la caries infantil es una enfermedad fácilmente prevenible, según una Encuesta Nacional sobre Salud Oral su prevalencia en los dientes de leche es del 36%. Además, los niños que tienen caries a una edad tan temprana pueden desarrollar otros problemas de salud bucodental. Por ello, es fundamental tener presente los métodos más efectivos para prevenir la caries infantil:

5.1. Realizar una adecuada higiene oral.

De acuerdo con la OMS, la higiene bucodental puede reducir hasta en un 50% la incidencia de caries. Esta higiene debe realizarse incluso en bebes que todavía no presentan dientes y conforme vayan erupcionando, será posible incorporar cepillos especiales y, posteriormente pastas dentífricas pequeños.

Es importante establecer unos buenos hábitos de higiene oral desde la tierna infancia y educar a los niños en el cuidado de su salud bucodental. Para saber más sobre cómo realizar una correcta higiene oral en caso, recomendamos visitar nuestro artículo sobre higiene bucodental infantil.

5.2. Controlar el tipo de alimentación.

Una alimentación rica en azúcares puede dar lugar a una mayor probabilidad de sufrir caries. Las galletas y cereales procesados, las bebidas lácteas, la bollería, los yogures edulcorados, los zumos, los dulces y chucherías tienen una gran cantidad de azúcares perjudiciales para la salud oral, especialmente si no se realiza una adecuada higiene oral inmediatamente después de consumirlos. Por otro lado, las ventajas de llevar una dieta equilibrada y libre de alimentos procesados o industriales son múltiples, tanto para la salud oral como para la salud general.

5.3. Acudir a revisiones y limpiezas.

Los padres y niños, especialmente a edades muy tempranas, tienden a relacionarse más con otros profesionales sanitarios antes que con los dentistas. Acudir a revisiones desde la primera aparición de los dientes de leche puede suponer un buen hábito de salud oral, evitando el desarrollo de fobias y normalizando los tratamientos dentales.

Las revisiones de los odontopediatras, cualificados para tratar con niños, pueden determinará si existe alguna alteración en el estado de salud oral de los pequeños y pautar algún tratamiento con un objetivo preventivo. En el caso de la caries podría ser la aplicación de flúor si considera necesario, pero también la realización de limpiezas dentales profesionales.

Por su lado, las limpiezas dentales profesionales son fundamentales para cualquier paciente y a cualquier edad, ya que permiten eliminar de forma más exhaustiva la placa bacteriana causante de la caries pero también de otros problemas de salud oral como la gingivitis o periodontitis que pueden afectar a los más pequeños.

¿Cómo saber si tu hijo necesita ponerse ortodoncia?

Durante la etapa de desarrollo, entre los 6 y 11 años, los huesos de la cara comienzan a crecer y los dientes a cambiar (de los de leche a los definitivos). No obstante, este crecimiento no siempre se da de forma óptima y el resultado puede ser una dentadura desalineada y a una mala mordida que afecte a la salud oral del adolescente y del adulto. Para prevenir esto, contamos con la ortodoncia interceptiva, para la que es fundamental detectar a tiempo los problemas en el desarrollo de dientes y maxilares del niño o niña.

 

Los 10 factores que indican que tu hijo sufre un problema en el desarrollo dentario y óseo:

  1. Succión prolongada del pulgar u otro dedo.
  2. Pérdida temprana o tardía de dientes de leche.
  3. Problemas al masticar o morder.
  4. Ruido al abrir o cerrar la mandíbula
  5. Excesivo espacio interdental.
  6. Apiñamiento dental o piezas desencajadas
  7. Dientes sobresalidos de su arcada.
  8. Desarrollo desproporcionado de mandíbula o dientes.
  9. Respiración a través de la boca
  10. Dificultades para hablar o pronunciar.

1. Succión prolongada del pulgar u otro dedo.

Tanto la succión prolongada del pulgar (u otro dedo) así como la el uso del chupete después de que el niño o niña haya dejado de utilizar el biberón pueden afecta a la dentición. Más concretamente, estos malos hábitos pueden alterar los incisivos superiores, haciendo que se muevan hacia delante.

Al mismo tiempo, pueden afectar a los inferiores, haciendo que se desplacen hacia atrás. Como resultado, el pequeño puede sufrir un problema de maloclusión que conocemos como mordida abierta, cuando los dientes incisivos superiores e inferiores no llegan a contactar entre sí durante la masticación.

2. Pérdida temprana o tardía de dientes de leche.

Uno de las características de los dientes de leche o primarios es la de conservar el espacio que, tras su caída, deberán ocupar las piezas dentales definitivas. Por esta razón, la pérdida tanto prematura como tardía de estos dientes puede afectar a la dentición permanente causando desajustes en la alineación.

Por un lado, la pérdida temprana puede deberse a algún accidente o causa de la caries dental, fácilmente evitable con una adecuada higiene bucodental en casa y una dieta equilibrada. Por otro lado, la erupción tardía de las primeras piezas dentales temporales, alrededor del año de edad, puede retrasar y afectar al desarrollo dentario.

Los dientes de leche deben comenzar a erupcionar en bebés de 8 meses de edad y a perderse entre los 6 y 9 años, siendo reemplazados por los dientes definitivos. Fuera de estos plazos es posible que los niños puedan verse afectados por problemas en la dentición que se solventarían gracias a la ortodoncia interceptiva.

3. Problemas al masticar o morder.

Para que exista equilibro durante la masticación, cada pieza dental de la arcada superior debe tener su pareja en la arcada inferior. Cuando la oclusión, es decir, la mordida no es la correcta es posible que el niño pueda empezar a experimentar molestias a la hora de masticar que se manifiesten con muescas extrañas.

Si esto ocurre es muy probable que el niño esté realizando una masticación unilateral (interviniendo sólo un lado de la boca) lo que puede repercutir en problemas de oclusión como la mordida cruzada, además de dolores de cabeza y cuello.

4. Ruido al abrir o cerrar la mandíbula

Gracias a la articulación temporomandibular (ATM) podemos mover y abrir la boca con normalidad. No obstante, es posible que durante la fase de desarrollo se den ciertos trastornos que se manifiestan mediante ruidos o chasquidos durante la masticación, o incluso, abriendo y cerrando la boca. Esta patología suele ir acompañada de dolores de cabeza y cuello, por lo que son un indicativo de que pueda existir un problema de salud bucodental.

5. Excesivo espacio interdental.

Un arco dental excesivamente ancho, un número insuficiente de piezas dentales, o bien, un tamaño demasiado pequeño de las mimas puede dar lugar a espacios entre los dientes más grandes lo normal. Esto no sólo afecta a la estética de la sonrisa, de forma que se vean los dientes más separados, sino que también puede perjudicar la alineación de los dientes definitivos en erupción.

6. Apiñamiento dental o piezas desencajadas

Como hemos comentado, la correcta mordida u oclusión se produce cuando tanto dientes superiores como inferiores encajan. Si existen problemas de dientes demasiado juntos o apiñados o de una mala alineación de las piezas dentales es posible que el niño o niña tenga problemas en el arco dental que debe corregirse para mejorar el equilibrio de su dentadura y mejorar la mordida.

7. Dientes sobresalidos de su arcada.

Cuando los dientes sobresalen de la arcada superior o inferior, es decir, están más afuera de lo normal existe un mal encaje, una mala mordida. Si esto ocurre con los dientes de leche, ocurrirá con los dientes definitivos y puede ser también indicativo de que las mandíbulas no están creciendo de forma normal. Y aunque es habitual a raíz de la succión de pulgar o uso de chupete, no siempre sucede por esta razón, por lo que hay que prestar atención a la evolución de los dientes y mandíbula.

8. Desarrollo desproporcionado de mandíbula o dientes.

Si bien cada niño tiene unos rasgos faciales distintos, su cara debe desarrollarse de forma armónica, simétrica, de lo contrario es posible que exista algún problema en dientes y/o maxilares como por ejemplo un tamaño desproporcionado en dientes o una mandíbula demasiado grande que indican que existe un problema.

9. Respiración a través de la boca

Las maloclusiones dentales, es decir, los problemas de mordida impiden a la boca de los niños descansar en una posición natural. Puesto que los labios no encajan como deberían, en muchas ocasiones la boca tiende a estar abierta y los niños se habitúan a respirar por ella en lugar de hacerlo por la nariz. Esto puede ser un indicativo importante de que la oclusión no es la correcta.

10. Dificultades para hablar o pronunciar.

En algunas ocasiones, las dificultades para hablar o pronunciar que suele tratar el logopeda, tienen un origen en el desarrollo de dientes y maxilares. Por ello, es posible que la solución sea multidisciplinar y sea necesario plantear un tratamiento de ortodoncia interceptiva para ayudar a solventar problemas en el habla o pronunciación.

Y es que, si bien los problemas dentales de oclusión y mordida pueden tener solución en la edad adulta, durante la etapa infantil de desarrollo son más fáciles de solventar e, incluso, prevenir gracias a la ortodoncia. Además de la alineación y mordida, la ortodoncia interceptiva puede corregir malformaciones en maxilares sin llegar a recurrir a la cirugía (en adultos).

Por esta razón, es aconsejable supervisar la evolución en los dientes de los hijos atendiendo a los factores mencionados. No obstante, es especialmente importante acudir a revisiones periódicas con el odontopediatra a partir de los 6 años de edad ya que la ortodoncia infantil es efectiva en la etapa de crecimiento, cuando los problema dentale son más fáciles de tratar.

Todo sobre la higiene bucodental infantil

Sabemos que la higiene bucodental es fundamental en adultos para prevenir problemas de salud oral como la caries o las enfermedades periodontales. No obstante, muchos padres no están familiarizados con la necesidad de comenzar la limpieza oral de sus hijos desde que son todavía unos bebés. Porque ¿es realmente necesario si todavía no han erupcionado los primero dientes? Te lo contamos en este artículo.

Lo que debes saber sobre la higiene bucodental infantil

  1. ¿Cuándo comenzar a limpiar la boca de los bebés?
  2. ¿Cuándo comenzar a usar cepillo y pasta dental?
  3. ¿Qué técnica usar en cada fase de crecimiento?
  4. ¿Cuáles son los enemigo del a higiene oral?

1. ¿Cuándo comenzar a limpiar la boca de los bebés?

La respuesta a esta pregunta es antes de la aparición de los primeros dientes. Y es que, contrariamente a lo que estamos acostumbrados, la higiene oral no es sólo higiene dental. Las bacterias presentes en la boca comienzan a alimentarse de restos de comida, ya sea leche o papillas desde el inicio, aún cuando no han erupcionado los primeros dientes temporales. Por esta razón, es fundamental comenzar a limpiar las encías del pequeño.

¿Pero no le haré daño a mi bebé? No, la limpieza puede realizarse con unas gasas o dedales especiales para las encías del infante. De hecho, esta actividad puede incluso resultar agradable en el momento en el que comience la etapa de desarrollo dental.

Durante la dentición los bebés experimentarán molestias en las encías y el masaje puede llegar a aliviarles, a la vez que se eliminan los restos de comida. Además, siempre puedes consultar con el odontopediatra las dudas que tengas respecto a la higiene bucodental de tus hijos.

¿Es realmente necesario si todavía no pueden desarrollar caries? Sí, la caries no es el único problema de salud bucodental que pueden experimentar los niños. Recuerda que la prevención de enfermedades orales es siempre el mejor tratamiento. Aún así, uno de cada 10 niños de 2 años comienza a desarrollar caries, y el 50% de los niños de 5 años que vienen a consulta presentan una o más caries en sus dientes temporales.

Acostumbrar a los niños a cuidar de su salud oral mediante una rutina diaria desde que son bien pequeños es fundamental para el desarrollo de sus dientes temporales, que a su vez son imprescindibles en la formación de los dientes definitivos. Los buenos hábitos dentales les ayudarán a proteger sus dientes y encías previniendo todo tipo de enfermedades orales.

2. ¿Cuándo comenzar a usar cepillo y pasta dental?

A partir de los dos 2 años de edad ya se puede comenzar a usar un cepillo dental indicado para el bebé, con el cabezal pequeño y redondeado, de cerdas suaves y mango apropiado. Hasta entonces, es posible seguir con el dedal de silicona para realizar la limpieza oral del pequeño. Por otro lado, es aconsejable consular con el odontopediatra a la hora de usar una proporción de pasta dental adecuada, generalmente no mayor al tamaño de un grano de arroz, que se irá incrementando conforme el pequeño aprenda a escupir apropiadamente.

Es importante limpiar bien el cepillo una vez usado, y guardarlo en un recipiente abierto y en posición vertical para que se seque. Como es habitual, deben renovarse cada 3 meses aproximadamente, puesto que los filamentos se deterioran y pueden llegar a dañar las encías del niño o niña.

Además, es recomendable acudir al odontopediatra para que realice una exploración del estado de sus encías. De esta forma, también se obtiene el mejor asesoramiento para proceder con la higiene oral del bebé.

3. ¿Qué técnica usar en cada fase de crecimiento?

3.1. Desde las primeras semanas hasta la erupción de los primeros dientes temporales.

Con una gasa humedecida con agua, o bien con un dedal específico de silicona, además de paciencia, mucha paciencia, es posible realizar la limpieza oral del bebé. Masajea las encías, sus caras laterales, el interior de las mejillas y la lengua para eliminar los restos de leche y papillas, una vez al día.

No te preocupes si la limpieza no es perfecta. Retira los restos de comida hasta donde tu bebé admita. Se irá acostumbrando y cada vez resultará más fácil. Además, esta técnica habrá que seguir realizándola aún cuando salgan los dientes temporales, siempre que haya espacios donde no hayan erupcionado los dientes.

3.2. A partir del año de edad, cuando ya han aparecido varios dientes temporales.

Es importante tener en cuenta que el esmalte de los dientes temporales es frágil y vulnerable a los ácidos que generan las bacterias cuando se alimentan de los restos de comida presentes en la cavidad oral. De hecho, durante la dentición son habituales los casos de caries del lactante.

La caries en edades tempranas es muy agresiva, por ello hay que prestar especial atención en la limpieza de los dientes temporales. Es posible seguir usando la gasa o el dedal de silicona, pero como hemos comentado, a partir de los dos años de edad ya es posible usar cepillo y pasta dentífrica para bebés.

En todo momento recuerda ser gentil con sus dientes, realizar movimientos circulare y muy suaves sobre sus dientes y seguir limpiando encías y lengua, así como la cara interna de labios y mejillas con la gasa o dedal. Acostumbrar el pequeño a esta rutina fomentará en el hábito de tener una buena rutina.

3.3. A partir de los 5 años, y ganada independencia, pueden crear un buen hábito.

A esta edad ya pueden ser independiente a la hora de realizar su higiene oral, aunque es recomendable que se supervise la limpieza que realicen antes de ir a dormir. A esta edad (o antes si controlan el reflejo de deglución) también pueden comenzar a hacer uso de colutorio pediátrico, un enjuague bucal para pequeños en función de las recomendaciones del especialista.

Luego, los 6 años son el momento perfecto de enseñarles a usar seda dental, ya que la caries interdental es una de las peores. La seda o hilo dental les ayudará a llegar a zonas donde no accede sus cepillos. Esto les ayudará a tener una higiene completa y un buen hábito para cuidar de su salud oral.

4. ¿Cuáles son los enemigos de la higiene oral?

Mimar a los bebés es inevitable, pero un hábito, concretamente besarles en la boquita, puede perjudicar su salud oral. Y es que las bacterias de la boca pueden transmitirse de persona a persona, en este caso a tu hijo o hija, y si tu salud bucodental está sufriendo por algún tipo de enfermedad, es posible que puedas llegar a transmitir las bacterias presentes en tu boca. Como hemos dicho, los dientes de los infantes son mucho más frágiles que los de los adultos. Por ello, hay prestar especial atención a tu salud oral también.

Es posible que ya lo sepas, pero no nos cansaremos de repetirlo. El azúcar es el gran enemigo de la higiene oral de los más pequeños. Durante la dentición hay que evitar endulzar chupetes o cucharas con productos como la miel para calmar las irritaciones, más que normales, de los bebés ante la erupción de los primeros dientes. Existen otras técnicas que puedes realizar y que el odontopediatra puede recomendar para aliviar el malestar del bebé, que no incluyan productos azucarados.

Posteriormente, cuando el pequeño comience a comer sólidos, hay que tener especial cuidado con su dieta. Sustituir dulces, chucherías y zumos de fruta por frutas enteras y elaboraciones caseras sin azúcares refinados. A esta edad, el niño o niña deberá tener una higiene oral supervisada e intentar realizarla después de cada comida. Hay que confiar que estableciendo buenos hábitos, cuando ellos sean más independientes, estén acostumbrados a cuidar de su salud oral comenzando por la higiene.

¿Qué es el sellado de fosas y fisuras?

La caries es la afección oral más común durante la etapa de crecimiento. Generalmente, una buena higiene bucodental supervisada y una dieta equilibrada pueden ayudar a que el niño no sufra esta enfermedad. No obstante, solo el odontopediara puede comprobar cuál es el estado de salud oral del niño o niña a través de las revisiones periódicas, y determinar la necesidad de realizar alguna medida preventiva, como el sellado de surcos, fosas y fisuras dentales.

Prevenir la caries infantil con el sellado de fosas y fisuras.

  1. ¿Qué es el sellado de fosas y fisuras?
  2. ¿Es necesario el sellado de fosas y fisuras?
  3. ¿En qué consiste la técnica de colocación de los selladores?

1. ¿Qué es el sellado de fosas y fisuras?

El sellado de fosas y fisuras consiste en una técnica odontológica que se aplica como medida preventiva frente a la caries dental. Consiste en la aplicación de un material sobre los dientes (principalmente los molares) cuyo esmalte está dañado o presenta surcos. Se realiza de una forma no invasiva y completamente indolora, con el objetivo de evitar la formación de caries dental en huecos y zonas más sensibles. El sellado de fosas y fisuras tiene dos objetivos fundamentales:

  • Actuar como barrera física para impedir que se depositen los alimentos y, en consecuencia, se acumule placa bacteriana.
  • Facilitar la limpieza oral diaria de niños, ya que de lo contrario estos huecos serían de más difícil acceso a la hora del cepillado.

Hay que tener en cuenta que los selladores no son una solución definitiva, únicamente preventiva. Es decir, no impide el desarrollo de caries con los años. Por ello es fundamental acudir a revisiones periódicas de control ya que, como hemos comentado, es el odontopediatra quien puede determinar el estado de salud real de dientes y encías mediante la tecnología y técnicas aplicadas en el diagnóstico.

2. Entonces, ¿es realmente necesario el sellado de fosas y fisuras?

Los dientes de los niños en la etapa de desarrollo (especialmente los de leche) son mucho más vulnerables y propensos a sufrir caries ante la presencia de placa bacteriana. De hecho, la caries infantil es mucho más destructiva y, por esta razón, las medidas de prevención siempre son el mejor tratamiento odontopediátrico que puede recibir el niño o niña.

Junto a la supervisión de los hábitos alimenticios y de su higiene oral, las revisiones periódicas permiten controlar la aparición de caries en dientes provisionales y definitivos en su proceso de erupción. Y, en algunas ocasiones, el especialista puede recomendar la realización de un sellado de fosas y fisuras. Este se puede llevar a cabo a partir de los 6 años, cuando el primer molar definitivo ya ha erupcionado.

Es decir, si tras la exploración y diagnóstico, el odontopediatra determina que el niño presenta un alto riesgo de sufrir caries, se puede recomendar la realización de esta técnica preventiva. Posteriormente, también será importante revisar el estado de los segundos molares cuando erupcionen, ya a partir de los 12 años, así como de los incisivos laterales.

Así pues, si se detecta que estos dientes definitivos presentan surcos o fisuras en sus caras oclusales, de ser necesario para mantener su integridad, se aplicará un sellador que permita reducir la posibilidad de formación de caries, protegiendo el esmalte de estas piezas más frágiles. De esta forma, es posible evitar la acumulación de comida en los huecos más difíciles de limpiar mediante cepillado.

En resumen, esta técnica preventiva se suele aplicar en los primeros y segundos molares definitivos (y ocasionalmente incisivos) ya que son los principales dientes involucrados en la masticación (triturando y moliendo el bolo alimenticio), los que acumulan más restos de comida y, también, los de peor acceso con el cepillo para realizar la higiene oral en casa.

3. ¿En qué consiste la técnica de colocación de los selladores?

La aplicación de los selladores es un procedimiento sencillo en el que no es necesario usar anestesia. No obstante, hay niños que sienten un gran temor ante los procedimientos dentales y, en estos casos, es posible recurrir a la sedación consciente si así lo decide el padre o madre, para que estén más tranquilos durante el proceso.

Cabe mencionar que este procedimiento solo puede realizarse en un diente que haya erupcionado hace poco tiempo. No es recomendable de existir caries incipiente en la pieza dental, o bien, en el diente contiguo. Si no se dan estos supuestos, el procedimiento consta de los siguientes pasos:

3.1. Asilamiento y limpieza.

Antes de la aplicación del material para sellar es necesario realizar un aislamiento que evite la contaminación con saliva del área a tratar, de lo contrario se estaría comprometiendo el éxito del tratamiento. Por ello, primero se debe realizar una profilaxis en el diente a tratar que también pueda eliminar restos y placa bacteriana.

3.2. Grabado ácido y lavado.

Esta técnica se emplea para facilitar la adherencia a la superficie dental de los adhesivos necesarios y previos a su aplicación. La solución ácida aplicada se retira tras unos segundos de actuación y se procede con una limpieza y comprobación de que el procedimiento ha sido el correcto, para seguir con el tratamiento.

3.3. Aplicación de sellador y fotopolimerización.

Generalmente se utiliza una resina líquida que queda adherida a la zona, cubriendo los huecos que deben protegerse de la caries. Una vez aplicado, este material debe fotopolimerizarse mediante unas lámparas de fotocurado que aplican una luz de alta intensidad, lo cual permite que el material restaurador se endurezca.

3.4. Evaluación del sellado.

Finalmente, y mediante una sonda de exploración, se comprueba que el sellador ha quedado retenido de forma correcta y que no existen burbujas ni sobre-elevaciones superficiales. De este modo, se puede garantizar el éxito del tratamiento y proteger las piezas dentales de la acumulación de placa bacteriana.

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

PRESUME DE SONRISA

ESPECIALISTAS EN ORTODONCIA INVISIBLE
Diagnóstico 3D GRATIS
1ª VISITA SIN COSTE

Abrir chat
Hola! Estaré aquí si me necesitas
Clínica ARC dental
Hola! Estoy a tu disposición si me necesitas